La dieta que frena el envejecimiento
Envejecer no significa resignarse a perder fuerza, movilidad o independencia. Cada vez más investigaciones confirman que la forma en que nos alimentamos después de los 50 puede marcar la diferencia entre una vejez activa y plena o una etapa llena de limitaciones. El cuerpo cambia con los años: disminuye la masa muscular, la densidad ósea se reduce y el metabolismo se vuelve más lento. Estos factores aumentan el riesgo de caídas, fracturas y enfermedades crónicas. Sin embargo, la buena noticia es que la dieta adecuada puede contrarrestar gran parte de esos efectos.
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