No todo lo vegano es sano: así aumenta tu riesgo cardiovascular

Publicado el 3 de julio de 2025, 13:44

Durante años, las dietas basadas en plantas han sido promocionadas como la clave para una vida más larga y un corazón más sano. Pero un nuevo estudio publicado en el American Journal of Preventive Cardiology recuerda una verdad incómoda: no todo lo que lleva la etiqueta de “vegano” o “plant-based” es automáticamente saludable.

Investigadores analizaron los datos de más de 118,000 personas, evaluando la calidad real de sus dietas vegetales. Los resultados mostraron que quienes consumían una dieta basada en plantas, pero rica en alimentos ultraprocesados y refinados —pan blanco, snacks, bebidas azucaradas, frituras “veganas”— presentaban un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades cardíacas que aquellos que llevaban una dieta omnívora equilibrada.

 

¿Cómo se explica esto? La clave está en diferenciar entre alimentos integrales de origen vegetal y productos industriales de origen vegetal. Una hamburguesa vegana ultraprocesada, unas papas fritas o un postre de soya cargado de azúcares añadidos siguen siendo alimentos de baja calidad nutricional, aunque no contengan productos animales. El cuerpo no distingue si la grasa trans o el exceso de carbohidratos refinados provienen de plantas o animales: la inflamación y el impacto metabólico siguen ahí.

Este hallazgo desmonta la creencia de que basta con eliminar la carne para proteger el corazón. De hecho, cada vez más expertos recuerdan que una dieta realmente cardioprotectora se construye con verduras frescas, legumbres, frutos secos, aceites de calidad y mínimamente procesados. Cuando la dieta vegetal se basa en comida rápida “sin carne”, galletas, cereales refinados y jugos industriales, el efecto puede ser todo lo contrario.

 

Otro punto que destaca el estudio es la necesidad de educación nutricional. Muchas personas se declaran “veganas” o “plant-based” por moda o razones éticas, pero sin una planificación adecuada terminan consumiendo productos con altos niveles de sodio, azúcar y grasas hidrogenadas. Esto, a largo plazo, eleva la presión arterial, los triglicéridos y la inflamación sistémica.

En el fondo, la lección es simple: la etiqueta “vegano” no es sinónimo de saludable. El corazón no necesita etiquetas, sino alimentos reales, variedad de nutrientes y patrones de alimentación sostenibles. Lo que más protege no es solo lo que excluyes de tu plato, sino lo que pones en él cada día.

 

Fuente: American Journal of Preventive Cardiology.

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