Lo que comes también decide qué le pasa a tu cabello

Publicado el 30 de agosto de 2025, 19:40

La pérdida de cabello es un tema que preocupa tanto a hombres como a mujeres. Tradicionalmente se ha asociado con la genética, las hormonas o el envejecimiento, pero cada vez más estudios apuntan hacia un factor que solemos subestimar: la alimentación. Un nuevo análisis científico, publicado en la revista Nutrition and Health (2025), evaluó la relación entre distintos patrones dietéticos y la salud capilar, arrojando conclusiones que pueden cambiar la forma en que entendemos la caída del cabello.

Se trata de una revisión sistemática que incluyó 17 estudios y más de 61,000 participantes, en su mayoría mujeres. Los investigadores aplicaron criterios rigurosos de selección para identificar la evidencia más sólida sobre cómo la dieta puede influir en la alopecia y otras formas de pérdida capilar.

Los resultados son tan claros como sorprendentes: los niveles adecuados de vitamina D y de hierro se asocian con un menor riesgo de pérdida de cabello. Esto no es nuevo para la ciencia, pero la revisión refuerza la importancia de asegurar una ingesta adecuada de estos nutrientes. La vitamina D participa en la regulación de los folículos pilosos, mientras que el hierro es esencial para el transporte de oxígeno hacia las raíces del cabello. Cuando faltan, el ciclo de crecimiento capilar se ve comprometido.

En el extremo opuesto, el estudio encontró que ciertos hábitos alimenticios pueden ser un verdadero sabotaje para la melena. El consumo elevado de bebidas azucaradas —más de 3.5 litros por semana— se asoció con un incremento significativo en la pérdida capilar. Lo mismo ocurre con el alcohol, que afecta la absorción de micronutrientes y aumenta el estrés oxidativo, creando un entorno desfavorable para el crecimiento del cabello.

La investigación también recupera datos históricos que muestran cómo la deficiencia proteica genera cambios visibles en el cabello en cuestión de semanas: debilitamiento, pérdida de pigmento e incluso caída. Esto confirma que la proteína no solo es importante para músculos y tejidos, sino también para mantener el cabello fuerte y saludable.

Otros alimentos estudiados, como los vegetales crucíferos y los productos de soya, parecen mostrar un efecto protector frente a la pérdida de cabello. Aunque los resultados no fueron estadísticamente concluyentes, sugieren que los compuestos bioactivos presentes en estos alimentos podrían jugar un rol en la salud capilar. En paralelo, algunos estudios exploraron suplementos innovadores —como extractos de hoja de caqui, membranas de cáscara de huevo o complejos marinos— que mostraron mejoras en densidad y brillo del cabello. Sin embargo, los autores advierten que muchas de estas investigaciones tienen un alto riesgo de sesgo y requieren confirmación.

¿Qué significa todo esto para quienes buscan prevenir la caída del cabello? Que más allá de costosos tratamientos cosméticos o fórmulas milagrosas, el camino comienza en el plato. Mantener una dieta rica en proteínas de calidad, hierro, vitamina D, vegetales frescos y baja en azúcares añadidos no solo beneficia la salud metabólica, también puede ser una estrategia real para cuidar la salud capilar.

En conclusión, la revisión publicada en Nutrition and Health recuerda que el cabello no es un elemento aislado, sino un reflejo de nuestro estado nutricional y de salud en general. Así como lo que comemos influye en el peso, el corazón o el intestino, también determina la fortaleza, densidad y vitalidad de nuestro cabello. Una alimentación equilibrada, consciente y rica en nutrientes esenciales podría ser la mejor inversión para mantenerlo fuerte y lleno de vida.

Fuente: Nutrition and Health (2025). Assessing the relationship between dietary factors and hair health: A systematic review.

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