El nuevo sello “saludable” de la FDA deja fuera a la mayoría de los alimentos que sí lo son

Publicado el 22 de junio de 2025, 13:26

Una investigación presentada en Nutrition 2025 por un equipo de la Universidad Johns Hopkins reveló que los nuevos criterios de la FDA para determinar qué alimentos pueden etiquetarse como “saludables” dejan fuera a gran parte de los productos que otros modelos nutricionales reconocen como buenos para la salud.

 

El estudio analizó más de 4,900 alimentos y bebidas consumidos por adultos estadounidenses entre 2017 y 2018. Solo el 4.3% de ellos cumplía con el nuevo estándar de la FDA. En el caso de los alimentos ultraprocesados, ese porcentaje fue aún más bajo: apenas el 2.1%. En contraste, alimentos naturalmente ricos en nutrientes como frutas, vegetales, nueces y legumbres tuvieron una tasa de aprobación mucho más alta, con un 63.7% calificando como “saludables”.

 

Los investigadores compararon el sistema de la FDA con tres modelos internacionales de evaluación nutricional: Food Compass 2.0, Nutri-Score y Health Star Rating. Encontraron diferencias significativas: muchos alimentos que recibían puntuaciones altas en estos sistemas no calificaban como “saludables” según la nueva definición oficial estadounidense.

Aunque el estudio no nombró marcas específicas, los datos permiten identificar categorías representativas:

  • Frutas y verduras frescas (como manzanas, espinacas o zanahorias) sí calificaban generalmente como saludables.

  • Legumbres (lentejas, garbanzos) y nueces sin sal añadida también lograban buenas calificaciones.

  • En cambio, productos como yogures con azúcar añadido, aderezos para ensalada, bebidas azucaradas, snacks salados o carnes procesadas solían quedar fuera del criterio de la FDA, aunque a veces eran bien evaluados por otros sistemas internacionales.

Según los autores, estas discrepancias podrían tener implicaciones negativas. Por un lado, los consumidores pueden quedar confundidos o desinformados. Por otro, se podría favorecer la reformulación de productos solo para cumplir con criterios técnicos, sin mejorar realmente su calidad nutricional.

El equipo concluye que se necesita más investigación para entender si un modelo basado en nutrientes, ingredientes o grado de procesamiento es más eficaz para orientar a la población hacia una alimentación saludable.

El estudio fue dirigido por Anna Claire Tucker junto a Laura Caulfield, Casey M. Rebholz y Julia Wolfson, todas investigadoras afiliadas a la Universidad Johns Hopkins.