Pérdida de audición y diabetes tipo 2

Publicado el 11 de noviembre de 2025, 9:44

Durante años, se ha hablado de los efectos devastadores de la diabetes tipo 2 sobre el corazón, los riñones o la vista. Sin embargo, un nuevo estudio advierte que hay otro órgano silenciosamente afectado: el oído. Según una revisión sistemática publicada en la revista Otolaryngology–Head and Neck Surgery de la Academia Americana de Otorrinolaringología, las personas con diabetes tipo 2 tienen más de cuatro veces mayor riesgo de sufrir pérdida auditiva.

El estudio, realizado por los doctores Miguel Caballero-Borrego e Iván Andújar-Lara, del Hospital Clínic y la Universidad de Barcelona, analizó los resultados de 17 investigaciones que incluyeron a casi 8,000 participantes. Entre ellos, la prevalencia de pérdida auditiva en pacientes diabéticos osciló entre el 40,6% y el 71,9%. En promedio, las pruebas audiométricas mostraron que quienes viven con diabetes registran umbrales de audición 3,19 decibeles más altos que las personas sin la enfermedad, lo que refleja un deterioro especialmente notable en las frecuencias altas.

Pero el hallazgo más inquietante es que mientras más años se convive con la diabetes, mayor es el daño. Quienes llevan más de una década diagnosticados duplican el riesgo de pérdida auditiva frente a quienes tienen menos tiempo con la enfermedad. Además, los pacientes con niveles elevados de hemoglobina glicosilada (HbA1c) —un marcador del control glucémico— presentaron pérdidas más severas, lo que sugiere una clara relación entre el manejo inadecuado de la glucosa y el deterioro del oído interno.

Los investigadores señalan que el daño podría deberse a alteraciones microvasculares que afectan la cóclea, produciendo engrosamiento de las membranas capilares y atrofia de estructuras esenciales para la audición. Curiosamente, el género no parece influir en la incidencia: hombres y mujeres con diabetes comparten el mismo riesgo.

Este descubrimiento, publicado en el marco del Mes Nacional de la Diabetes en Estados Unidos, resalta la urgencia de incluir la salud auditiva dentro de los controles rutinarios de las personas con diabetes tipo 2. Detectar a tiempo una pérdida de audición podría convertirse en una señal de alerta temprana de daño vascular, y ofrecer una oportunidad para prevenir complicaciones mayores.

La diabetes no solo roba energía, visión o sensibilidad. También puede robarnos el sonido del mundo. Tal vez sea momento de escuchar, antes de que el silencio se vuelva permanente.

FUENTE: Otolaryngology–Head and Neck Surgery Journal

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