Un reciente estudio del Keck Medicine of USC revela una realidad alarmante: la exposición a un químico usado en lavanderías industriales y productos domésticos comunes puede triplicar el riesgo de fibrosis hepática grave. El estudio identifica el Tetrachloroethylene (PCE), un solvente industrial incoloro encontrado en adhesivos, quitamanchas y pulidores de acero inoxidable, como un factor hasta ahora poco reconocido en la enfermedad hepática.
Por lo general, las enfermedades graves del hígado se asocian con el consumo excesivo de alcohol, el hígado graso por obesidad, diabetes o colesterol elevado, o con hepatitis virales. Sin embargo, esta investigación añade una nueva dimensión: la exposición ambiental. Los investigadores hallaron que las personas con mayores niveles de PCE presentaban un marcado aumento de tejido cicatricial en el hígado, condición que puede derivar en cáncer, insuficiencia hepática o muerte.
El mecanismo se cree que involucra daño microvascular e inflamación persistente desencadenada por el químico. Dado que el PCE puede liberarse lentamente de prendas tratadas en seco o filtrarse al agua de consumo a través de suelos contaminados, su impacto puede ser sigiloso y prolongado.
Para quienes trabajan en lavanderías industriales o viven cerca de sitios contaminados, este estudio es un recordatorio de que la salud del hígado necesita algo más que dieta y ejercicio: exige también atención a los riesgos ambientales ocultos.
De cara al futuro, las estrategias preventivas deberán ampliar su foco. La detección temprana de daño hepático, la comprensión de las exposiciones en el hogar y la defensa de límites regulatorios podrían volverse tan importantes como el asesoramiento nutricional o el control metabólico.
FUENTE: Liver International
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